sábado, 16 de junio de 2012

Sábanas espejo


Me acuesto todas las noches abrazada a una duda calentita de si me quieres, de si a lo mejor, quizá, tal vez, a veces, cuando todo falla, te apetecería abrazarme solo un poco, cinco minutos, de si me dejarías meter mis piernas entre las tuyas un momento, pequeñito, un instante, solo unos segundos de frotarme con tu piel, de sentir tus pelitos guerreando con esta suavidad desaprovechada, perdida, desperdiciada, arrinconada... Y perdón si molesto. Aprieto esa duda entre las sábanas y mis pechos para que no se escape, como si fuese un gatito, suave, sin estrujar. 

Ay, cuando hasta mi gato escapa de mis caricias, no sé cómo te pido esto. 

Hay aquí un montón de sábanas que nunca tendrían forma de cuerpo si no es porque reflejan el mío. 

Sábanas espejo, menudo concepto ¿eh?

1 comentario:

lunáticasuicida dijo...

Quizá la otra persona también se lo pregunte. Yo lo hago, y quiero creer que ella también.