miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Qué quiero hacer con mi vida?

¿Qué demonios quiero hacer con mi vida?

Esta pregunta me acosa día y noche. Sueño con mi futuro casi más que con mi pasado (casi). Tengo la mente tan abierta que me duele, como las piernas cuando te estiras para tratar de alcanzar el suelo.

No tengo ni idea, y sin embargo la tengo, de alguna manera. Soy incapaz de describir con palabras lo que espero... Perdón, lo que estoy dispuesta a buscar, pero tengo imágenes vivas que se repiten en mi cabeza.

Lo intentaré: independencia, empleo, trabajo, dinero, magisterio, inglés, viajes, gente nueva, yo, yo misma, mis prioridades, mi cuerpo, mi mente, mis deseos, mi amor, las personas a las que quiero, MIS PRIORIDADES, las becas, el verano...

Todo esto no tiene mucho sentido... aún. Pero lo lograré. Ya he empezado.

martes, 22 de marzo de 2011

Falsas promesas


Así pensáis ahora; pero las resoluciones que formamos las quebrantamos a menudo. El propósito no es más que un esclavo de la memoria; su nacimiento es brusco, pero escasa su validez. Ahora, como fruto acerbo, está adherido al árbol; pero caerá por sí solo cuando esté en sazón. Es de todo punto inevitable que olvidemos pagar lo que nos debemos a nosotros mismos; y cualquiera cosa que nos propongamos en un rasgo de pasión, cuando ésta se calma, se desvanece el propósito. La violencia del dolor o del placer destruye sus resoluciones. Allí donde más bulliciosa es la alegría, más se lamenta la tristeza, y basta un leve accidente para que la tristeza se recocige y el regocijo se entristezca. Ni aún el mundo será eterno, y así no es cosa extraña que hasta nuestro amor cambie con nuestra fortuna, pues todavía nos queda por resolver si el amor gobierna a la fotruna o la fortuna gobierna al amor. Cae el potentado, y sus favoritos huyen de él; encúmbrase el menesteroso, y sus enemigos se hacen amigos. Y hasta tal punto es el amor compañero de la fortuna, que el que vive en la abundancia nunca dejará de tener amigos, y el que en la estrechez prueba a un falso amigo, no tarda en convertirlo en enemigo. En suma, nuestras voluntades y nuestros destinos corren por tan opuestos senderos que siempre quedan desbaratados los proyectos que forjamos. Dueños somos de nuestros pensamientos, pero no de llevarlos a la práctica. Tú afirmas que no te unirás a un segundo esposo; pero, al morir el primero, morirán con él tus pensamientos.

lunes, 21 de marzo de 2011

Para nada

Palabras que no sirven de nada, que se las lleva el viento. Recuerdos sin contenido. Puras imágenes condenadas a desaparecer.

Ni la cama, ni las fechas, ni la piel, ni las fotografías, ni las miradas, ni los paseos, ni los sueños, ni los planes, ni los gestos, ni las risas... No son nada, no significan nada, no contienen nada. Tan solo olvido y soledad.

martes, 8 de marzo de 2011

Top five de la semana




5 sueños (retos):

1. Viajar por todo el mundo: Dormir bajo un cerezo en japón, pasear por Los Ángeles, vivir en Londres, tomar el sol en La Habana...

2. Ser una experta educadora infantil: Dar charlas, enseñar, aprender, conocer diferentes sistemas educativos, leer sobre el tema...

3. Tener un hogar: Un gato, una habitación, un estudio, una biblioteca, un jardín, un columpio en el porche....

4. Quererme. Conocerme, entenderme, comprender, perdonarme, ser libre...

5. Crear. Crear cosas bellas, crear algo para el mundo, algo que deje una huella...

Bajo la luna

Al verme sola de nuevo (¿dejé de estarlo en algún momento?) primero se me vino encima un alud de recuerdos, de frustración, de resentimiento, de culpabilidad, de kilos de sentimientos negativos.

Poco a poco el cielo se despeja, y puedo ir dejando a un lado todas esas nubes engañosas para encontrar el auténtico fondo. Me sorprendo a mí misma sacando a luz viejas inseguridades que habían quedado sepultadas bajo mi orgullo.

Esto no está tan mal. Quizá incluso es lo que esperaba. Tengo que aprender a estar sola.

sábado, 5 de marzo de 2011

Me gusta

Me gusta despertarme por la mañana con el sol entrando por la ventana. Me gusta sentir el hocico húmedo de mi gato frotándose contra mi cara. Me gusta cómo pone sus patitas sobre mi boca para que me calle cuando no le dejo dormir. Me gusta escuchar música para levantarme el ánimo, y bailar desnuda delante del espejo. Me gusta soñar que podría ser una buena fotógrafa, y ser capaz de enseñarle a la gente cómo siento el mundo, con cada uno de sus detalles. Me gusta sentarme sobre la hierba en la montaña, sentir el viento frío en la cara, las hormigas paseando entre mis dedos... Me gusta sentirme pequeñita frente a la grandeza de la naturaleza. Me gusta estar con mis amigas, al menos sentirlas cerca, como si fueran parte de mí. Me gusta oírlas reír. Me gusta ir a los conciertos y sentir la vibración del sonido en mi pecho. Me gusta ir al teatro y fijarme en las facciones de los actores. Me gusta navegar por internet y sentirme invisible. Me gusta escuchar a todo volumen a David Bowie. Me gusta ducharme con agua ardiendo, sentir que me quema la cara, el cuerpo... Me gusta pasear frente al mar, sentir la brisa, la arena en mis pies. Me gusta desayunar colacao calentito, con toneladas de cereales. Me gusta descubrir las diferentes texturas de la comida. Me gusta ayudar a la gente, escuchar y ser útil. Me gusta emocionarme con los pequeños sucesos de la vida. Me gusta ver películas sola y llorar hasta quedarme seca. Me gusta andar descalza por mi casa. aunque acabe con los pies sucios y con algún que otro catarro. Me gusta esconderme, aislarme del mundo. Me gustan las flores. Me gustan los museos, el arte, los libros... Me gusta aprender. Me gusta escuchar a Silvio Rodríguez cuando hay tormenta. Como a Amelie, me gusta meter las manos en los sacos de legumbres. Me gusta darle mil vueltas a todo. Me gusta soñar. Me gusta sentir las lágrimas llegar hasta mi boca. Me gusta cambiar el rumbo. Me gusta cortarme el pelo, cuando algo cambia en mi vida. Me gusta demontar las cosas, como los bolígrafos, y después tratar de volver a montarlo. Me gusta acariciarme el brazo cuando estoy tumbada en la cama o en el sofá. Me gusta sentirme querida. Me gusta que me abracen cuando me siento triste.

...no me gusta no poder compartir todas estas cosas con nadie...

viernes, 4 de marzo de 2011

Volver

Cómo no sorprenderme al ver los cambios que pueden llegar a producirse en tan poco tiempo. En apenas una semana he cumplido 24 años, he terminado el curso con las mejores notas de mi vida, he perdido a la personas con la que compartía y hubiese querido compartir tanto cambio... Y en breve empezaré las prácticas. Parece que mi vida, al igual que la sociedad, está entrando en crisis: "Peligro y oportunidad". Por más que quiera cerrar los ojos, por más que me acojone pensarlo, todo va a cambiar. 

No sé si lo que me da más miedo es lo que dejo atrás, o lo que se me viene por delante. La incertidumbre que siento en el pecho es como un abismo. Siempre pensé que el vacío más importante que debía cubrir era el relacionado con mi futuro académico-laboral, y ahora que al fin consigo vislumbrar qué es lo que quiero hacer, pierdo el resto... todo lo demás. 

Cada día que pasa siento que me conozco un poco menos. No, no sé quién soy. Tampoco sé quién soy para los demás, si acaso mi vida tiene algún tipo de importancia en este universo que se me hace tan extraño y doloroso. "En un mundo descomunal siento mi fragilidad", como dice Antonio Vega.

¿Qué es la vida? ¿Comer? ¿Dormir? ¿Dejarse llevar por las horas, minutos y segundos? ¿Llorar? ¿Reír por alegrías efímeras? ¿Leer algún que otro libro? ¿Ver películas nominadas a los Oscar? ¿Pensar? ¿Sentirse solo?

¿Alguien sabe cuál es el sentido de todo esto? Porque yo cada vez lo veo menos claro.