lunes, 25 de octubre de 2010

Algo está pasando

No sé qué sentimiento es mayor:

No sé si es que no existo o que no quiero existir.




Y cuando eso ocurre, TODO te da igual.

viernes, 22 de octubre de 2010

Cada día me parezco más a mi padre

Comprendo que los padres se preocupan por nosotros, que nos quieren más que a nada y que todo lo hacen por nuestro bien. Que no quieren que suframos y mil cosas más. Lo comprendo y estoy segura de ello. Pero esas preocupaciones no aseguran que a veces sus técnicas sean las más adecuadas para conseguir aquello que desean.

Cuántos padres habrán condenado a la inseguridad a sus hijos por su excesivo control y preocupación. Cuántos padres habrán perdido la confianza de sus hijos por sus continuas reprimendas y sus escasas palabras de apoyo.

Os equivocáis como padres. Así como nosotros reconocemos que lo hacemos como hijos, admitidlo también vosotros.

Y cuando nos toque, cometeremos los mismos fallos. Casi seguro.

Mi padre se interpone entre yo y mis sueños: "será un fracaso absoluto", "replantéate tus razones porque creo que no son válidas", "camina sobre seguro o lo perderás todo", "no te arriesgues o te saldrá mal", "no estás preparado para eso". Sus palabras se convierten en pesos sobre la espalda que me hunden y me dificultan encontrar las ganas para esforzarme en conseguir lo que quiero.

Lo curioso es que a él su padre, cuando decidió qué era lo que quería hacer con su vida, le decía: "Esto que haces es una pérdida de tiempo, deberías ponerte a trabajar ya en la fábrica, no vas a servir para nada".

Y mi padre, cabezota, no escuchó, sino que se dedicó a estudiar como un animal para sacarse las oposiciones. Y ahora está aquí.

Y él mismo, después de la discusión, me dice: "Cada día me parezco más a mi padre".


...


Tendré que enseñarle a mi padre que estoy, por una vez, segura de mí misma y de lo que quiero.

Pero... ¿Acabaré diciéndole lo mismo a mis hijos dentro de unos años?

sábado, 16 de octubre de 2010

Al fin

 A veces las cosas vienen sin entender muy bien cómo. Algo que siempre te había dado pánico de repente te lo planteas con una naturalidad que te sorprende. A mí siempre me había dado mucho miedo o reparo alejarme de mis padres, salir de debajo de sus alas, convertirme en una persona autónoma, libre y responsable de mis decisiones. Y no sé cómo ni por qué de pronto me siento realmente preparada. No sólo eso, sino que tengo muchísimas ganas de lanzarme a lo desconocido, de ponerme a buscar trabajos, pisos y alternativas para poder buscarme la vida yo solita.


Y si me sale mal, seguro que habrá otras alternativas para conseguir lo que quiero. Pero, desde luego, estoy dispuesta a arriesgar lo que haga falta.

¡Me voy de casa!

sábado, 2 de octubre de 2010

No me gusta este mundo





No me gusta este mundo de insensibles, falsos, asesinos, corruptos, mentirosos, manipuladores, hipócritas, cínicos. No me gusta esa masa de carne que se exhibe en el mercado de la noche. No me gustan sus sonrisas de imbéciles, felices de no saber, de no ser. No me gustan las manos de los seres vacíos que no piensan en el mañana. No me gusta la palmada en la espalda, sus consejos, su egoísmo. No me gustan sus álmas fáciles: Las que se regalan y los que las compran (o alquilan).


No quiero que me toquen ni que sepan que existo. Quiero mezclarme con ellos y saber que me mantengo ajena a su idiotez.

Quiero a esos pocos que son diferentes, que tienen un aura distinta, que no forman parte de la masa y que, aunque no lo sepan, no quieren ser como ellos.