lunes, 10 de octubre de 2011

Normal...

“Anormal: adj. Que no responde a la norma. En cuestiones de pensamiento y conducta ser independiente es ser anormal y ser anormal es ser detestado. En consecuencia, el autor aconseja parecerse más al Hombre Medio que a uno mismo. Quien lo consiga obtendrá la paz, la perspectiva de la muerte y la esperanza del Infierno”. Ambrose Bierce "Diccionario del Diablo". (Extraído de una magnífica entrada de este blog)


Ser rara. No ser normal. Me vienen a confirmar mis sospechas ahora, después de 24 años de existencia, de compartir espacio-tiempo con hombres, mujeres, niños, adolescentes, conservadores, nacionalistas, izquierdistas, derechistas, autodenominados apolíticos, católicos, musulmanes, budistas, miembros de la cultura occidental, la cultura oriental, rockeros, raperos, hippies, heavys, indies, canis, yonkis, pijos, intelectuales, deficientes mentales, lectores, gamers, pederastas, amos, esclavos, músicos, funcionarios, y un etcétera infinito del que podéis haceros una idea.

Me dicen que yo sin embargo no soy como esas personas. Me dicen que yo soy rara, y claro, me siento inmediatamente al margen de esa masa enorme de normalidad que me rodea y que de pronto se me presenta tan homogénea.

Mi cabeza es un poco guerrera para estas cosas y resulta que cuanto más se golpea contra la masa más se fragmenta en pequeños pedazos, en pequeñas piezas del puzzle. A ver cuál me encaja.

Pues mira, algunas sí y otras no. Lo cierto es que lo único relevante que encuentro es que guardo CRITERIO para elegir con LIBERTAD lo que quiero y lo que me gusta, al margen de lo que diga la gran y homogénea masa social (que encima, no es tal cosa).

Lo normal es un concepto abstracto generado por un sistema que se alimenta de excluir de él a los individuos que no son rentables. Los califica de raros y los señala con su enorme dedo para que tú puedas reconocerlos y aislarlos. Antes de llamar raro a nadie deberíamos replantearnos qué es lo que consideramos normal, y por qué no, qué ganamos aislando así a otra persona solo por su forma de ser. Porque duele que te aíslen.

Menos mal que quedan personas con una mente lo suficientemente abierta y reflexiva como para ver el mundo como una mezcla heterogénea de personalidades, gustos, culturas y experiencias, que merece la pena conocer.



¿Y si... un maestro dijese de un niño en el aula de infantil que es raro? ¿No sería más adecuado decir que es diferente? ¿O más bien no será que todos son(somos) diferentes? Y si emocionarme con el Lamento de Dido me hace rara... que me quemen en la hoguera.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena la entrada, y el blog en general, sigue así.