jueves, 11 de agosto de 2011

Thursday

Soy una llorona. Ya se que no es la primera vez que lo digo... Pero es que esta semana ya he llorado al menos tres veces. Una de emocion al ver el despertar del pueblo, las ideas en la calle, el reflejo de la esperanza, la tristeza de la incomprension, de la violencia de los otros.

La segunda fue producto de unas horas de profunda reflexion personal, de dolor, de recuerdos, de cambio.

La tercera viene de la mano del arte, de la emocion del mensaje de una pelicula, que ha puesto la guinda a un dia... especial.

Y eso es lo que venia a contaros, en realidad.

El dia ha despertado tan iluminado... Por la manana una cucharada de rutina, de planchas, de polvo, de caos y de orden. Para comer un capricho, y de postre un caramelo por la calle, con una falda larga y unos cuantos cascabeles como banda sonora.

Al fin me he puesto en marcha, y despues de llenar mi bolso de planes, he paseado junto al mar, deteniendome cada ciertos metros para observar las obras de una exposicion al aire libre. Hacia tanto viento que apenas podia controlar mi pelo, la falda, los papeles, las gafas de sol.

Poquito a poco me he ido alejando del centro, de la gente, del ruido, y he caminado y caminado hacia lo alto, reflexionando sin darme cuenta, observando las casitas con sus jardines, sus garajes, sus carteles, los nombres de las calles, las flores... No habia nadie. Me sentia como si de pronto hubiese desaparecido todo el mundo, y yo sola en direccion al cementerio.

En el cruce a punto estuve de volver atras, porque no se veia nada. Ni un cartel, ni una senal... Nada. Y sin embargo me atrevi a seguir... Alli estaba.

Os aseguro que es uno de los cementerios mas hermosos que he visto en mi vida. Desde la entrada hasta el final del cementerio se extendia un camino precioso, bordeado de arboles, y el sol en frente colandose a traves de las hojas. A la izquierda y a la derecha estaban las lapidas. Todo en silencio... La hierba se hundia bajo mis pies, mas viento, las mariposas revoloteando por aqui, por alla... Fechas del siglo XIX, y yo concediendome mi tiempo para deambular, para reflexionar, reflexionar, reflexionar...

He salido de alli con una inmensa paz de espiritu. Feliz, he recordado de nuevo mi infancia, los arboles, el barro, el olor de la naturaleza, de las hojas, de la humedad en la fuente... Y con una sonrisa en los labios he seguido andando mientras escuchaba a Erik Satie y paraba para comer moras.

Me he concedido unas horas en paz en mi habitacion, con el pijama calentito y una infusion para asentar las ideas. Me he regalado una pelicula "Gordos"... y aqui estoy, con los ojos rojos de llorar.

Ojala todos los dias fuesen un poco parecidos a este...

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