viernes, 4 de marzo de 2011

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Cómo no sorprenderme al ver los cambios que pueden llegar a producirse en tan poco tiempo. En apenas una semana he cumplido 24 años, he terminado el curso con las mejores notas de mi vida, he perdido a la personas con la que compartía y hubiese querido compartir tanto cambio... Y en breve empezaré las prácticas. Parece que mi vida, al igual que la sociedad, está entrando en crisis: "Peligro y oportunidad". Por más que quiera cerrar los ojos, por más que me acojone pensarlo, todo va a cambiar. 

No sé si lo que me da más miedo es lo que dejo atrás, o lo que se me viene por delante. La incertidumbre que siento en el pecho es como un abismo. Siempre pensé que el vacío más importante que debía cubrir era el relacionado con mi futuro académico-laboral, y ahora que al fin consigo vislumbrar qué es lo que quiero hacer, pierdo el resto... todo lo demás. 

Cada día que pasa siento que me conozco un poco menos. No, no sé quién soy. Tampoco sé quién soy para los demás, si acaso mi vida tiene algún tipo de importancia en este universo que se me hace tan extraño y doloroso. "En un mundo descomunal siento mi fragilidad", como dice Antonio Vega.

¿Qué es la vida? ¿Comer? ¿Dormir? ¿Dejarse llevar por las horas, minutos y segundos? ¿Llorar? ¿Reír por alegrías efímeras? ¿Leer algún que otro libro? ¿Ver películas nominadas a los Oscar? ¿Pensar? ¿Sentirse solo?

¿Alguien sabe cuál es el sentido de todo esto? Porque yo cada vez lo veo menos claro.

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