Comprendo que los padres se preocupan por nosotros, que nos quieren más que a nada y que todo lo hacen por nuestro bien. Que no quieren que suframos y mil cosas más. Lo comprendo y estoy segura de ello. Pero esas preocupaciones no aseguran que a veces sus técnicas sean las más adecuadas para conseguir aquello que desean.
Cuántos padres habrán condenado a la inseguridad a sus hijos por su excesivo control y preocupación. Cuántos padres habrán perdido la confianza de sus hijos por sus continuas reprimendas y sus escasas palabras de apoyo.
Os equivocáis como padres. Así como nosotros reconocemos que lo hacemos como hijos, admitidlo también vosotros.
Y cuando nos toque, cometeremos los mismos fallos. Casi seguro.
Mi padre se interpone entre yo y mis sueños: "será un fracaso absoluto", "replantéate tus razones porque creo que no son válidas", "camina sobre seguro o lo perderás todo", "no te arriesgues o te saldrá mal", "no estás preparado para eso". Sus palabras se convierten en pesos sobre la espalda que me hunden y me dificultan encontrar las ganas para esforzarme en conseguir lo que quiero.
Lo curioso es que a él su padre, cuando decidió qué era lo que quería hacer con su vida, le decía: "Esto que haces es una pérdida de tiempo, deberías ponerte a trabajar ya en la fábrica, no vas a servir para nada".
Y mi padre, cabezota, no escuchó, sino que se dedicó a estudiar como un animal para sacarse las oposiciones. Y ahora está aquí.
Y él mismo, después de la discusión, me dice: "Cada día me parezco más a mi padre".
...
Tendré que enseñarle a mi padre que estoy, por una vez, segura de mí misma y de lo que quiero.
Pero... ¿Acabaré diciéndole lo mismo a mis hijos dentro de unos años?
2 comentarios:
¿Tu padre y tu madre son profesores? ¿Ciencias políticas fue muy complicado o similar a tus estudios de educación?
¿Qué le ocurre a Coco? Pensé que era una gata. ¿Sigue siendo sindicalista?
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