jueves, 14 de marzo de 2013

A juego con las olas



Tengo la columna vertebral cubierta de lazos de seda apretando hasta dejarme inmóvil en la cama. La mirada se me clava en el techo y lo desgarra cada vez que pretendo volverme hacia dentro.

El miedo me lame cosas al oído pero no tengo ganas de escuchar. Hay algo que exhala en mi pecho como un anciano.

Me estoy esforzando por dejarme caer bonito.

No sé. Si te vas a tirar por un acantilado, al menos ponte un vestido a juego con las olas. 

2 comentarios:

Meike dijo...

Al menos, éso. Y si hay que caer, toca ser valiente.

Anónimo dijo...

Puestos a caer, caeremos con gracia.

Trece