Voy a dejar la ventana abierta para que la habitacíón se ventile. Para que escape la condensación de recuerdos y entre el aire fresco, el olor a lluvia, la risa de los niños, los coches, el canto de los pájaros, las nubes, el olor del mar... Y yo me voy a quedar tumbada en la cama, leyendo un poquito a mi querido Gabriel. A ver si viajo un poco lejos y siento cómo el ambiente se repone.
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